domingo, 9 de mayo de 2010

LAS CASAS DE PARIAN. (Continuación)

Dejamos atras la casa de los Guizado y atravesando un pequeño callejón llegamos a la casa que fué habitada por el matrimonio formado por el profesor Maximino Ayala y su esposa la señora Rufina Carrizosa. Era esta casa con un corredor al frente, techado de lámina galvanizada como muchas que había en el pueblo, pero pasando a su interior se encontraba uno en un espacio de otra época, pues estas dos personas que la habitaban eran seguramente nacidas a fines del siglo IXX y en la casa debido a sus instalaciones y decorados lo hacía a uno sentirse en una atmósfera de los años veinte o treinta del 1900. De cuando yo recuerdo esta casa, tenía al frente un local ya vacío con muebles propios de una tienda, es decir un mostrador y estantes de madera y la casa propiamente dicha estaba atras de esto. Ya estando al interior uno daba con un patio central y habitaciones a los lados, estaba el patio embaldosado con lajas, casi al centro un árbol que no recuerdo si era limonero o de naranjas con su rodete hecho tambien de piedra, había profusión de macetas de terracota y algunas cubiertas con trozos de cerámica y espejos en donde crecían muy cuidadas flores de geranio, rosas y tulipanes,al rededor del patio estaba la cocina, la sala y al fondo en una esquina la recámara, todo reluciendo de limpio y en perfecto orden, lo que reflejaba sin duda la personalidad de su dueño. Las paredes de todas las piezas estaban pintadas de colores suaves y decoradas con cenefas de grecas dividiendo la pintura de las paredes con el espacio del guardapolvo pintado de otro color. Las paredes tambien estaban decoradas con pequeñas flores pintadas como tapiz, la cama cubierta con colcha bordada y reluciente de blancura, las almohadas con sus fundas bordadas correspondientes a la colcha, había cuadros con pinturas románticas en la pared, en un rincón descansaba la clásica e infaltable máquina de coser Singer con su gabinete de madera reluciente, como no podía faltar en una casa decente de la época y así otras cosas que escapan a mi recuerdo pero que dejaron huella en mi memoria. Don Maximino Ayala era de profesión Profesor y a el le deben muchos el haber conocido las primeras letras. Dicen que era una persona muy seria y muy exigente como maestro, con un amplio conocimiento de su profesión y muy disciplinado, lo que era un requisito indispensable para que algún infante pudiera tomar clases con el. Por extensión de estas características, su esposa era también una señora muy respetable y seria. La recuerdo siempre muy limpia en su persona , con su ropa de estilo muy austero, vestidos cerados hasta el cuello, de mangas largas ajustadas a las muñecasy el largo del vestido hasta el suelo, todo perfectamente almidonado al grado de que al caminar o moverse producía un leve murmullo el roce de sus ropas que siempre llevó en colores oscuros. A don Maximino no lo conocí, para cuando yo recuerdo el ya era difunto. Su esposa doña Rufina le sobrevivió muchos años. Este matrimonio tuvo hijos que salieron del pueblo y nunca regresaron dejando abandonados a sus padres y cuando muere don Maximino, su esposa queda totalmente sola y desamparada. Para mitigar un poco la soledad en que vivía, le dió asilo en su casa a una señora que traía pan amarillo de Etla para venderlo en Parián y que era una persona también de cierta edad de quien nunca supe su nombre ya que todos la conocíamos como Tía Chea. Por el abandono y la miseria en que vivía por no tener ningun tipo de ingresos, por su avanzada edad se enferma sin tener nadie a quien recurrir. De alguna manera se logra contactar con uno de sus hijos que vivía en Puebla y mi madre la lleva a ese lugar para dejarla en manos de el. Cierto tiempo después llega al pueblo la noticia de su muerte en esa ciudad.
Los detalles que aquí doy son porque tuve de niño cercanía con doña Rufina ya que fué mi madrina de bautizo y de Primera Comunión así como también lo fué de todos mis hermanos ya que mis padres la apreciaban bastante.
Actualmente esa casa ya desapareció y en su lugar se levanta una nueva construcción propiedad de Erubiel Ayala y en la cual han llegado a vivir otras personas de las cuales daremos cuenta mas adelante.
Pasando a otro tema, le damos la bienvenida a Arturo Alcázar, un nuevo lector y ya colaborador de estas líneas. Espero que nos siga dando su colaboración para seguir conociendo aspectos de la vida del pueblo ya que eso que el cuenta del agua caliente realmente es algo que yo no sabía.
Y también le pido a Arturo y a los otros lectores que han hecho un comentario a este blog, que por favor si`pueden nos den mas detalles acerca de su relación con Parián, si es posible saber quienes son sus padres, en donde vivieron cuando estaban en el pueblo, en que época y algo mas que nos acerque como parte de la comunidad a la que pertenecemos.

2 comentarios:

  1. Hola Buenas tardes, efectivamente a lo largo de los años de nuestro amado pueblo ha pasado personas que ni siquiera conocimos sin embargo algunos nombres si hemos logrado escuchar en ciertas platicas, he aquí uno de ellos y mi origen en el pueblo.
    Soy bis nieto de la Sra. Guadalupe Manzano, ella fue comerciante y su casa está bajando del puente a mano izquierda sobre el callejón que conduce hacia la casa muro por el momento no hablaré mas de ella ya que en este Blog ya tenemos referencia de su puesto; ella tuvo un hijo llamado Jesús Méndez Manzano quien desafortunadamente hace algunos días falleció, él se caso con la Sra. Gudelia Chávez y tuvieron 4 hijos a quienes considero si conocen y me refiero a Delfino, Alicia, Genaro y María, la familia Méndez Chávez; pues bien yo soy hijo de Alicia Méndez.
    Yo viví en el pueblo parte de mi infancia de 1977 a 1986 ya que mi mamá se hizo cargo de mi Bis abuela hasta que falleció fue entonces cuando nosotros también salimos del pueblo y desde entonces vivimos en el D.F.
    En Parián tuve la fortuna de haber tenido una niñez autentica, sin malicia, sin miedos, sin inseguridad… fue una época maravillosa y considero que en realidad muchos de nosotros desearíamos una niñez así para nuestros hijos.

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  2. Les doy las gracias por la bienvenida al Blog y me gustaría compartirles unos recuerdos. Pues bien a mi todavía me toco vivir el paso del tren cuando tenía vida el Nocturno y el Pasajeros en sus dobles horarios así como de los trenes de carga e incluso del llenado de vagones con sacos de yeso los cuales acarreaban en un camión rojo ya viejillo desde hornos del progreso .
    Cuando uno es niño recuerda con mucha claridad los temores y para que dimensionen el temor más grande de un niño en Parián o al menos el mío era el día de paga de los ferrocarrileros, que raro no? pues sí, todo iba bien en nuestro amado pueblo y era maravilloso aquellos días de paga por que llegaba el convoy de ferrocarril al que todos llamaban “el pagador” siempre retrasado y protegido por soldados.
    Éste traía al final un cabús que supongo era blindado ya que trían la nómina de todos los ferrocarrileros de la región y la felicidad era tremenda porque subían por la parte trasera, firmabas, te entregaban tu sobre y listo ese día todos tenían dinero; para muchos este pagador era súper anhelado, sin embargo, la felicidad para algunos incluyéndome a mi terminaba en la tarde noche cuando algunos de los ferrocarrileros acudían a pagar sus deudas en algunas tiendas donde les prestaban las cosas de la despensa o el mandado mismas que el día de paga cubrían… sin embargo algunos ya que estaban en la tienda y con dinero gastaban parte de su paga en unas cervezas y no faltaba a quien se le pasaran las cucharadas y hacían algo de escándalo cuando ya estaban borrachitos y justo eso era lo que me producía miedo… que raro, pero es cierto.
    En esa época yo me imaginaba que un borracho era como un matón o algo así y les tenía un pánico tremendo porque sinceramente había algunos que no sabían controlarse.
    Lo que trato de compartirles es que el temor más grande para un niño era un borrachito así que tomando esa referencia imagínense que una niñez ahí era muy autentica.

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