domingo, 16 de mayo de 2010

LAS CASAS DE PARIAN ( Continuación)

Junto a la casa detallada en la entrada anterior, se encontraba un espacio aparentemente vacío al cual daban sombra unos eucaliptos los que a su vez estaban a ambos lados de una escalera de piedra que daba acceso a la casa que ahí había pero que desde la calle no se veía por los árboles mencionados mas otros que crecían junto a ellos y que no recuerdo a que clase pertenecían. La casa se encontraba casi oculta y la propietaria era doña Aurelia Ordiano. En ella vivía con sus hijos , del mayor por mas que estoy forzando la memoria no logro recordar su nombre,pero si recuerdo que se casó con una guapa muchacha llamada Elpidia y tenían un hijo llamado Jaime Camacho, el otro era el gûero Gumersindo Leyva Soto (QEPD) y el tercero es René, quien hace unos pocos años regresó a vivir por un tiempo al pueblo. Actualmente me parece que vive en Oaxaca. Gumersindo a quien todos le decían Gume o Gûero radicaba en el D.F. y se mantenía siempre en contacto con las personas de Parián que viven en la ciudad de México, pero desafortunadamente hace cosa de mas o menos tres años, ya no contamos con el. Doña Aurelia también paso a mejor vida hace muchos años y sus restos descansan en el cementerio del pueblo.
Este terreno actualmente luce muy diferente a como lo describo al inicio de estas líneas ya que cambió de propietario y ahora sus nuevos dueños , que son el matrimonio formado por la Gûera hija de Zabulón y Sarita Camacho y Juan, un muchacho que llegó a Parián como empleado de Telégrafos y quienes residen en Oaxaca pero que siguen fieles al pueblo y sus tradiciones, han construído una nueva casa y que viene a ser de las construcciones que poco a poco van transformado la imágen de nuestro terruño.
Mas adelante y por el mismo lado de la calle se encuentra el Templo dedicado al culto del Protestantismo, pues a pesar de que siempre hemos sido pocos habitantes, en el pueblo ha habido diversidad de religiones sin que ello signifique diferencias de ningun tipo, hubo incluso un tiempo en que se decía que hasta masones había en el pueblito. Hasta la fecha este templo se mantiene vigente y se siguen celebrando oficios propios de esta religión.
Siguiendo por este lado de la calle nos encontramos ya casi a la salida del pueblo con rumbo a El Progreso y aqui se forma una curva que conecta con el Camino Real como le llamaban a principios del siglo pasado o con la Carretera como le decíamos los de mi generación y que ahora no se como le digan los chavos pero que tiene como última o primera casa, según sea la dirección que se tome, una que es propiedad de don Roberto Bravo (QEPD) y que en algún tiempo estuvo habitada por una familia llegada de la Cañada, no se si de Tomellín, Cuicatlán o de algún otro lugar de esos rumbos, pero si recuerdo muy bien que en esa familia había unas muchachas muy guapas, tanto que en el pueblo se les conoció por "Las Bonitas", una de ellas era precisamente Elpidia, la que nombro anteriormente. Eran la admiración de todos los jóvenes de esa época y la envidia de todas las chicas del lugar que se sintieron desplazadas del afecto de los galanes locales.
Después de un tiempo estas personas se fueron del pueblo y la casa volvió a quedar desocupada, como hasta hoy en día sigue. Como don Roberto ya falleció, esta propiedad debe de ser de algún miembro de esta apreciable familia.

domingo, 9 de mayo de 2010

LAS CASAS DE PARIAN. (Continuación)

Dejamos atras la casa de los Guizado y atravesando un pequeño callejón llegamos a la casa que fué habitada por el matrimonio formado por el profesor Maximino Ayala y su esposa la señora Rufina Carrizosa. Era esta casa con un corredor al frente, techado de lámina galvanizada como muchas que había en el pueblo, pero pasando a su interior se encontraba uno en un espacio de otra época, pues estas dos personas que la habitaban eran seguramente nacidas a fines del siglo IXX y en la casa debido a sus instalaciones y decorados lo hacía a uno sentirse en una atmósfera de los años veinte o treinta del 1900. De cuando yo recuerdo esta casa, tenía al frente un local ya vacío con muebles propios de una tienda, es decir un mostrador y estantes de madera y la casa propiamente dicha estaba atras de esto. Ya estando al interior uno daba con un patio central y habitaciones a los lados, estaba el patio embaldosado con lajas, casi al centro un árbol que no recuerdo si era limonero o de naranjas con su rodete hecho tambien de piedra, había profusión de macetas de terracota y algunas cubiertas con trozos de cerámica y espejos en donde crecían muy cuidadas flores de geranio, rosas y tulipanes,al rededor del patio estaba la cocina, la sala y al fondo en una esquina la recámara, todo reluciendo de limpio y en perfecto orden, lo que reflejaba sin duda la personalidad de su dueño. Las paredes de todas las piezas estaban pintadas de colores suaves y decoradas con cenefas de grecas dividiendo la pintura de las paredes con el espacio del guardapolvo pintado de otro color. Las paredes tambien estaban decoradas con pequeñas flores pintadas como tapiz, la cama cubierta con colcha bordada y reluciente de blancura, las almohadas con sus fundas bordadas correspondientes a la colcha, había cuadros con pinturas románticas en la pared, en un rincón descansaba la clásica e infaltable máquina de coser Singer con su gabinete de madera reluciente, como no podía faltar en una casa decente de la época y así otras cosas que escapan a mi recuerdo pero que dejaron huella en mi memoria. Don Maximino Ayala era de profesión Profesor y a el le deben muchos el haber conocido las primeras letras. Dicen que era una persona muy seria y muy exigente como maestro, con un amplio conocimiento de su profesión y muy disciplinado, lo que era un requisito indispensable para que algún infante pudiera tomar clases con el. Por extensión de estas características, su esposa era también una señora muy respetable y seria. La recuerdo siempre muy limpia en su persona , con su ropa de estilo muy austero, vestidos cerados hasta el cuello, de mangas largas ajustadas a las muñecasy el largo del vestido hasta el suelo, todo perfectamente almidonado al grado de que al caminar o moverse producía un leve murmullo el roce de sus ropas que siempre llevó en colores oscuros. A don Maximino no lo conocí, para cuando yo recuerdo el ya era difunto. Su esposa doña Rufina le sobrevivió muchos años. Este matrimonio tuvo hijos que salieron del pueblo y nunca regresaron dejando abandonados a sus padres y cuando muere don Maximino, su esposa queda totalmente sola y desamparada. Para mitigar un poco la soledad en que vivía, le dió asilo en su casa a una señora que traía pan amarillo de Etla para venderlo en Parián y que era una persona también de cierta edad de quien nunca supe su nombre ya que todos la conocíamos como Tía Chea. Por el abandono y la miseria en que vivía por no tener ningun tipo de ingresos, por su avanzada edad se enferma sin tener nadie a quien recurrir. De alguna manera se logra contactar con uno de sus hijos que vivía en Puebla y mi madre la lleva a ese lugar para dejarla en manos de el. Cierto tiempo después llega al pueblo la noticia de su muerte en esa ciudad.
Los detalles que aquí doy son porque tuve de niño cercanía con doña Rufina ya que fué mi madrina de bautizo y de Primera Comunión así como también lo fué de todos mis hermanos ya que mis padres la apreciaban bastante.
Actualmente esa casa ya desapareció y en su lugar se levanta una nueva construcción propiedad de Erubiel Ayala y en la cual han llegado a vivir otras personas de las cuales daremos cuenta mas adelante.
Pasando a otro tema, le damos la bienvenida a Arturo Alcázar, un nuevo lector y ya colaborador de estas líneas. Espero que nos siga dando su colaboración para seguir conociendo aspectos de la vida del pueblo ya que eso que el cuenta del agua caliente realmente es algo que yo no sabía.
Y también le pido a Arturo y a los otros lectores que han hecho un comentario a este blog, que por favor si`pueden nos den mas detalles acerca de su relación con Parián, si es posible saber quienes son sus padres, en donde vivieron cuando estaban en el pueblo, en que época y algo mas que nos acerque como parte de la comunidad a la que pertenecemos.