Continuando con estos relatos ahora nos situamos en la casa siguiente a Celestino Rivas y les diré que hasta donde recuerdo esta casa era propiedad de mi tío Antonio Carrera y en ella habitaron la profesora Athalí Ramírez, quien estuvo unida a mi tío durante algún tiempo y de esa relación nacieron un niño y una niña a los cuales pusieron por nombres José Luis y Enriqueta con los apellidos Carrera Ramírez. La profesora Athalí llegó al pueblo como docente de la escuela primaria y quienes fueron sus alumnos o contemporáneos la recuerdan afectuosamente no por su nombre de pila sino como Talita que era como cariñosamente le nombraron. Ella le tomó un gran afecto a Parián a pesar de que estuvo ahí pocos años y como a todos los maestros llegó el día en que la cambiaron de lugar y se fué a otra población. Ella llegó al pueblo en compañía de su mamá y dos hijas que ya tenía llamadas Arcelia y Evangelina . Con el tiempo se radicó en la ciudad de México con sus cuatro hijos y fue tal el cariño que sentía por nuestro pueblo que sin ser originaria siempre fué una entusiasta colaboradora de las causas de Parián además de que año con año la veíamos presente en la fiesta de de Junio, pero quiso el destino que sus hijas se casaran con personas de nacionalidad alemana y por las actividades de sus esposos se fueron a vivir a Canadá quedando Talita solo con su hijo en el D. F..
La edad y el estar sola hicieron que sus hijas se la llevaran al Canadá con lo cual se ausentó de Parián y de forma definitiva ya que hace muy pocos años, dos o tres tal vez, falleció y ya descansa en esas tierras.
Después que salió del pueblo, esa casa quedó vacía por algunos años, hasta que la adquirió doña Eustolia Ramírez, quien era familiar de don Roberto Bravo y puso un negocio en esa casa en donde vivió con sus hijas Amelia, Lorenza y Consuelo. Tenía también un hijo, a quien no conocí y que se llamaba Genaro. Fué doña Eustolia una persona muy conocida y apreciada por mucha gente de los pueblos vecinos que llegaban hasta su negocio los días domingos para adquirir los diferentes productos que ahí se vendían, desde abarrotes hasta ropa hecha, telas, huaraches y jarros ollas, loza o mercería. Al frente del negocio estuvo por un tiempo su hija Lencha hasta que se casó con don Antonio Carrera quedando doña Eustolia nuevamente a cargo del negocio junto con su hija mas pequeña, Consuelo con quien durante muchos años mantuvieron el negocio,pero como el tiempo no perdona, la edad y la ley de la vida se llevaron a doña Eustolia quedando sola Consuelo pero ya con un heredero de nombre Andrés .
Y como a todos nos ha pasado por la situación en que está nuestro pueblo, que no hay manera de tener una actividad remunerativa y menos aún de que los hijos se preparen, ellos actualmente residen en la ciudad de Oaxaca y esta casa nuevamente se encuentra cerrada pero no olvidada ya que Chelo y Andrés con frecuencia la visitan y siguen tomando parte activa en la vida de Parián.
La foto de esta nota nos muestra a Chelo al frente de su negocio tal como lucía
allá por los años sesenta del pasado siglo.
Y como a todos nos ha pasado por la situación en que está nuestro pueblo, que no hay manera de tener una actividad remunerativa y menos aún de que los hijos se preparen, ellos actualmente residen en la ciudad de Oaxaca y esta casa nuevamente se encuentra cerrada pero no olvidada ya que Chelo y Andrés con frecuencia la visitan y siguen tomando parte activa en la vida de Parián.
La foto de esta nota nos muestra a Chelo al frente de su negocio tal como lucía
allá por los años sesenta del pasado siglo.