La casa en donde estuvo la oficina de Telégrafos Nacionales es de la que nos ocuparemos hoy.
Emperaré diciendo que fué don Alfredo Bolaños Domínguez el que estaba al frente de esta dependencia federal, teniendo a su cargo el envío y recepción de telegramas y remesas de dinero en la forma mas rápida en ese tiempo ya que en unas pocas horas se podía establecer contacto con otro lugar de la república gracias a el ingenioso sistema de los aparatos en los que se transmitía en clave Morse todo tipo de palabras y números que viajaban a través de los hilos metálicos tendidos sobre postes en todo el país.Esta clave consistía en sonidos que se identificaban como puntos y rayas según la duración del mismo, asignándole a cada letra del alfabeto una combinación de puntos y rayas diferentes para cada una.Para identificar el sonido y saber cual era punto y cual era raya, los operadores de los aparatos transmisores se sometían a un intenso entrenamiento que duraba un buen tiempo. Ya cuando a criterio de el jefe de la oficina, en este caso Don Alfredo Bolaños, estaban perfectamente capacitados, se les enviaba a presentar un exámen y si conseguían sacarlo adelante, el siguiente paso era asignarlos a alguna oficina en cualquier parte del estado o de la república con el flamante nombramiento de Telegrafista y ahí comenzaban una vida laboral con un sueldo decoroso y futuro prometedor. Así es como algunos iniciaron un camino que los llevó a realizarse como personas para bien de ellos y sus familias.Empezaban siendo casi unos niños, cuando salían de la Primaria ya con su Certificado (o "Sartificado" como decía una señora de cuyo nombre no quiero acordarme) y empezaba a ganar un sueldo para cuando andaban en los 18 o 19 años o mas dependiendo de a que edad habían ingresado a formar parte de las huestes del Sr. Domíguez a quien quien sabe por qué por ese nombre lo conocíamos. Por ese proceso pasaron varios,entre ellos Armando Ayala (QEPD) Silvino Ortiz y Manlio Bolaños Manzano, hijo de don Alfredo y su esposa doña Margarita Manzano.
Esta oficina, según relatos que me han dado, estuvo originalmente enfrente de la estación de los FF.CC. en una caseta verde de madera, despues en la que hoy es casa de Yolanda Ayala y finalmente en el sitio en donde yo la recuerdo que estuvo siempre, a un lado de la Casa Gómez y enfrente de La Luz del Día, en terrenos propiedad de la Agencia Municipal, lugar en el que cerró sus puertas dando fin a un servicio de comunicación que sirvió de manera invaluable a Parián y la región circundante dejando al pueblo completamente aislado al coincidir la suspensión de este servicio con la desaparición de los ferrocarriles, perpetrados estos daños a la población de muchos lugares del país por los depredadores gobiernos que hemos padecido ya hace muchos años apoyados por sindicatos charros,el gran capital y la ignorancia en que está sumida la población.
Siguiendo con el relato, era una oficina con bastante actividad por las mañanas cuando iniciaban labores, asi se veían a los aprendices haciendo el aseo de los pisos y los muebles, darle mantenimiento a las pilas o baterías que se usaban para energizar las líneas, al diligente Mensajero, don Aureliano Manzano a quien amigablemente le decían "Motita", preparar su libreta en donde anotaba los mensajes a entregar y en la que el destinatario debía firmar de recibido y al jefe Alfredo Bolaños preparar sus utensilios de escritorio, tener su botella de alcohol a la mano y recortando papel periódico que usaba para tomar cualquier cosa que debiera agarrar con las manos ya que una de sus características era ser extremadamente limpio ya que al tocar cualquier objeto que no fuera de su personalísimo uso, inmediatamente se lavaba las manos con el alcohol que ya tenía preparado y por esta razón la piel de sus manos lucía blanquizca, parecía que las tenía llenas de talco. Era tan escrupuloso en el aseo de sus manos, que se tardaba como media hora o mas cuando se las lavaba con agua y jabón.
De este señor ya había comentado algo en capítulos anteriores, pero ahora me estoy refiriendo a lo que personalmente me tocó ver con respecto a esta familia, que era formada por Don Alfredo, su esposa doña Margarita y sus dos hijos Manlio y Lot. El orígen del señor no lo recuerdo y de su esposa se que era originaria de la Sierra Juárez y de profesión Maestra de Primaria, por lo cual llegó a trabajar como tal a la escuela de Olivera y me parece que ahí se conocieron. Manlio y Lot fueron mis contemporáneos y desde niños llevamos muy buena amistad con ellos mi hermano René y yo, tanta amistad había entre los cuatro que la mamá de ellos decía que éramos hermanos de sus hijos. Los dos eran muy inteligentes, siendo Lot un poco mas y de carácter muy extrovertido, al contrario de Manlio que mas bien era reservado pero sin llegar a tímido. Cuando éramos adolescentes, como todo joven que se respete, teníamos grandes expectativas de hacer muchas cosas juntos, pero la vida nos fué llevando a cada quien por su lado. Manlio siguió en lo del telégrafo como su papá, trabajando en diferentes lugares hasta que se estableció en Puebla. Perdimos contacto entre nosotros y después de muchos años lo volví a ver en Oaxaca, en donde nos dió mucho gusto reencontrarnos y despues de eso nuevamente dejamos de vernos hasta que pasado cierto tiempo me llegó la fatal noticia de que había dejado de existir. Con Lot se dió mas contacto ya que el si visitaba Parián después de que como todos salió del pueblo en busca de su destino, pero al contrario de Manlio, que desde que se fué no regresó al terruño sino hasta poco antes de fallecer, el si visitaba con frecuencia nuestro pueblo.
Residía en algún lugar de Veracruz en donde se casó y parece que tuvo descendencia. También de el nos llegó la noticia de que en una carretera, a bordo de su coche, un tráiler lo embistió cortando de manera trágica una vida joven aún.
De esa familia ya no queda nadie, pues don Alfredo cuando se jubiló del telégrafo, permaneció un tiempo en Parián ya que no quiso irse del pueblo.Compró una casa que estaba abandonada y era propiedad de Maurilio Ramírez, la remodeló y ahí vivía con doña Margarita ya que para entonces Manlio y Lot habían emigrado. Pasado un tiempo, una enfermedad lo atacó, lo que lo obligó a salir del pueblo y radicarse en Oaxaca para poder atender el mal que le aquejaba pero finalmente ese mal lo llevó a la tumba.Doña Margarita le sobrevivió a los tres y vivía sola en una casa de su propiedad en la colonia Reforma pero también hace unos pocos años nos abandonó. Así termina este capítulo sobre una mas de las familias que habitaron las casas de Parián, pero la historia continuará con semblanzas de Lito y Lot que fueron unos personajes con vivencias dignas de contarse y que reservo para mas adelante.
La foto de hoy es un vista de "La Petaca" desde la alberca del Parador San Antonio, el hotel en que hoy está convertida la antigua casa Muro.