domingo, 11 de octubre de 2009

Siguiendo con el orden en que vamos, la casa que sigue perteneció a la señora Lilia Ayala que tenía una tienda al frente y la parte de atrás eran sus habitaciones. Estuvo ella casada con un señor licenciado de apellido Castillejos, no tuvo descendencia y murió relativamente joven. Cuentan los que fueron de su época que era una mujer muy guapa y asi debe haber sido porque aunque yo no la conocí cuando ella estaba en su juventud, tengo referencias que me hacen creer que era realmente bella ya que las oí de personas mayores que yo y aparte tuve la suerte de que viniendo una ocasión con rumbo a Oaxaca al acercarme a Nochixtlán mi carro empezó a fallar y decidí buscar un mecánico que me resolviera el problema. Entré a Nochixtlán buscando un mecánico y encontré uno que inmediatamente puso manos a la obra y mientras el trabajaba y yo esperaba, surgió la plática entre ambos llegando al punto en que me preguntó para donde iba y que de dónde era yo a lo que le contesté que era originario de Parián para también preguntarle si lo conocía o había oído hablar del pueblo contestándome que de chico había ido con su papá algunas veces. Así continuamos platicando y al poco rato hace su aparición su papá, un señor ya entrado en años y el mecánico le comentó enseguida que yo era de Parián. Al saber esto el señor se puso a hacerme gran plática contandome todos los grandes recuerdos que tenía de cuando era joven y su mayor gusto era ir a Parián, me preguntó por gente de allá a quienes el conoció y me preguntaba si todavía vivían o ya habían muerto y yo a todo lo que podía le contestaba dándole santo y seña de lo que quería saber. De pronto se me queda viendo muy serio y me pregunta: Y usted como se llama? a lo que le respondí diciéndole mi nombre. Entonces me dice: Usted no es pariente o algo así de la familia Ayala? A lo que contesté lógicamente que no. Enseguida me dijo: Todavía vive ahí Lilia Ayala? . Mi contestación fue que desafortunadamente ya para esas fechas había fallecido. Y entonces me empezó a contar lo hermosa que era esa mujer, me dijo que en todo ese rumbo no había una muchacha mas bonita que Lilia Ayala, me platicó que muchos de sus contemporáneos iban hasta Parián nada mas para verla y admirar su belleza. Así se pasó un buen rato no haciendo mas que hablar acerca de lo bonita que fué esta señora.
Palabras mas, palabras menos, esto fue lo que me contaron y tal cual yo lo cuento.
Esta casa estuvo cerrada muchos años a partir del fallecimiento de su propietaria.Actualmente ha pasado a ser propiedad de un hijo de Panchita Ortiz (QEPD) y la está reconstruyendo para hacerla habitable con lo que se confirma una vez mas que el amor por el pueblo sigue trascendiendo de generación en generación y ojalá asi siga por muchos años mas.